Las compañías de telecomunicaciones de todo el mundo, con el apoyo de los gobiernos, están preparadas en los próximos dos años para implementar la red inalámbrica de quinta generación (5G). Esto se establece para ofrecer lo que se reconoce como un cambio social sin precedentes a escala mundial. Tendremos hogares «inteligentes», negocios «inteligentes», autopistas «inteligentes», ciudades «inteligentes» y automóviles sin conductor. Prácticamente todo lo que poseemos y compramos, desde refrigeradores y lavadoras hasta cartones de leche, cepillos para el cabello y pañales para bebés, contendrá antenas y microchips y se conectará de manera inalámbrica a Internet. Toda persona en la Tierra tendrá acceso instantáneo a comunicaciones inalámbricas de súper alta velocidad y baja latencia desde cualquier punto del planeta, incluso en las selvas tropicales, el océano medio y la Antártida.
Lo que no se reconoce ampliamente es que esto también dará como resultado un cambio ambiental sin precedentes a escala mundial. La densidad prevista de los transmisores de radiofrecuencia es imposible de prever. Además de millones de nuevas estaciones base 5G en la Tierra y 20,000 nuevos satélites en el espacio, 200 mil millones de objetos transmisores, según las estimaciones, formarán parte del Internet de las cosas para 2020, y un billón de objetos unos años más tarde. El 5G comercial a frecuencias más bajas y velocidades más lentas se implementó en Qatar, Finlandia y Estonia a mediados de 2018. Se prevé que el lanzamiento de 5G a frecuencias extremadamente altas (onda milimétrica) comience a fines de 2018.
A pesar de la negación generalizada, la evidencia de que la radiación de radiofrecuencia (RF) es perjudicial para la vida ya es abrumadora. La evidencia clínica acumulada de seres humanos enfermos y heridos, la evidencia experimental de daño al ADN, las células y los sistemas de órganos en una amplia variedad de plantas y animales, y la evidencia epidemiológica de que las principales enfermedades de la civilización moderna: cáncer, enfermedades cardíacas y diabetes son en gran parte causada por la contaminación electromagnética, forma una base de literatura de más de 10,000 estudios revisados por pares.
Si los planes de la industria de las telecomunicaciones para 5G se concretan, ninguna persona, ningún animal, ningún pájaro, ningún insecto y ninguna planta en la Tierra podrán evitar la exposición, las 24 horas del día, los 365 días del año, a niveles de radiación de RF que son decenas a cientos de veces mayores de lo que existe hoy en día, sin ninguna posibilidad de escapar a ninguna parte del planeta. Estos planes 5G amenazan con provocar efectos graves e irreversibles en los humanos y daños permanentes en todos los ecosistemas de la Tierra.
Deben tomarse medidas inmediatas para proteger a la humanidad y el medio ambiente, de acuerdo con los imperativos éticos y los acuerdos internacionales…Enlace